Cualquier pueblo, ciudad o país del mundo tiene algunas fechas específicas a lo largo de su historia que supusieron puntos de inflexión en la misma, fechas a partir de las cuales todo cambió. La Tri-Milenaria obviamente no puede ser una excepción, así que aquí van 4 Sucesos que Cambiaron la Historia de Cartagena.
227 a.C. La Fundación de Qart-Hadasht.
En el año 241 a.C. Roma derrota a Cartago en la Primera Guerra Púnica. Después de la derrota cartaginesa y la pérdida de Sicilia, Córcega y Cerdeña, Amilcar Barca, Comandante en Jefe de los Ejércitos de Cartago pone sus ojos en la península Ibérica. Este lugar en los márgenes del mundo conocido era un lugar salvaje y peligroso, pero también contenedor de unas riquezas imponentes. El sitio perfecto para reabastecerse y organizarse de cara a otro posible futuro enfrentamiento con los romanos.
Unos años después de desembarcar las primeras expediciones cartaginesas en Iberia, estos ponen sus ojos en un lugar muy llamativo. En el sudeste peninsular a la altura del paralelo 38º había una bahía tranquila con un puerto natural de gran calado y abrigado por montañas. Dentro de esta, un península de cinco colinas unida al continente por un istmo en el este y defendida también desde el norte por una laguna salada. Como si esta ubicación privilegiada y fácilmente defendible no fuera suficiente, además contaba con riquísimas minas de plata en la zona.
Para los cartagineses estaba más que claro que este era un lugar demasiado bueno como para simplemente estar de paso, de manera que en el año 227 a.C. Asdrubal el Bello, yerno de Amilcar, fundó la ciudad de Qart-Hadasth y construyó el recinto amurallado en torno a las cinco colinas de la península. Con el paso del tiempo la ciudad que fundó Asdrubal ha tenido multitud de nombres pero nosotros ahora la conocemos como la ciudad de Cartagena.
209 a.C. Llegada de Escipión
Año 210 a.C. Segunda Guerra Púnica. Un joven romano decide llevar la contraria a la parte más poderosa del senado romano y llevar la guerra a la península Ibérica, con la intención ni más ni menos que de conquistar la inconquistable base de operaciones cartaginesa de Qart-Hadasth. Este joven romano se llamaba Publio Cornelio Escipión, aunque pasará a la historia como El Africano.
Después de una penosa marcha a pie desde Tarrako hasta la ciudad cartaginesa, Escipión ordenó montar el campamento y atacar a la ciudad. Pero las cosas no iban a ser tan fáciles, si la ciudad cartaginesa era considerada inexpugnable era por algo. Durante cinco días las legiones romanas lo intentaron por este, oeste y sur sin éxito alguno. Todo apuntaba a fracaso y era cuestión de horas que un ejército cartaginés apareciera por el horizonte en auxilio de su ciudad para barrer de sus alrededores a los romanos. Pero si Escipión ha pasado a la historia como una de las mayores leyendas militares de Roma, no ha sido por casualidad. Aprovechando la noche entre el quinto y el sexto dia, Escipión ordenó a un grupo de unas pocas decenas de legionarios bordear la muralla norte de la ciudad cartaginesa, avanzando por una estrecha franja de tierra entre esta muralla y la laguna que protegía la ciudad desde el interior. Los legionarios consiguieron avanzar sin ser vistos y escalar la muralla por el norte. Una vez allí, se abrieron paso hasta la puerta principal, la cual abrieron desde dentro para que miles de legionarios romanos pudieran entrar a la ciudad.
Gracias a esta argucia, Escipión consigue conquistar lo que supuestamente no se podía conquistar, dando un giro de 180º a la Segunda Guerra Púnica, pero también dando inicio a la que posiblemente es la mejor época de la historia de la ciudad de cartagena, la Cartago Nova romana en el 209 a.C.
1291: Traslado de la Catedral
El 31 de julio de 1250 mediante la bula “Spiritus Exultante”, el Papa Inocencio IV restaura la Diócesis de cartagena, pocos años después de que las tierras de la actual Región de Murcia volvieran a manos cristianas después de siglos de dominación musulmana.
Así que la antigua mezquita de Cartagena durante la época árabe se convierte en catedral y en el símbolo de una nueva época para la ciudad. Pero no todo va a ser de color de rosa. Resulta que estamos en una época en la que las incursiones de los piratas berberiscos eran más habituales de lo que a los habitantes de aquella Cartagena les hubiera gustado.
La situación con los piratas era cada vez peor y debido a esta, en el año 1291 el entonces Obispo de Cartagena Diego Martínez Magaz decide, sin la autorización papal, trasladar la sede catedralicia de la costa en la ciudad de Cartagena a la ciudad de Murcia en el interior, a salvo de los piratas.
Desde entonces, y aunque la Diócesis sigue llamándose la Diócesis de Cartagena, la catedral se encuentra en Murcia, lo cual aún a día de hoy es motivo de queja de muchos cartageneros debido a lo irregular del traslado de la catedral que en su día se hizo sin la autorización del Papa.
Muchos afirman incluso que este es el origen de la conocida y arraigada rivalidad que hay entre Murcia y Cartagena.
1873: Revolución Cantonal
La España del siglo XIX es todo un caos aire de jeux gonflable. Problemas en las colonias, problemas en la economía, golpes de estado, etc. Y por si fuera poco la Revolucion Cantonal. Resulta que en España había republicanos federalistas y republicanos centralistas, los cuales tienen distintas interpretaciones de cómo debería ser la I República Española. Tan grandes eran estas diferencias que los federalistas se acabaron levantando en armas contra la I república en lo que conocemos como la Revolución Cantonal o La Guerra de los Cantones.
Resulta que el cantón más importante, poderoso y el que comenzó y terminó la revolución fue el de Cartagena. Debido a la base naval de la ciudad, este contaba con un poder militar que rivalizaba con el de la misma República Española.
La Revolución cantonal duró desde el 12 de julio de 1873 hasta el 12 de enero de 1874 día en el que se rinde el cantón de Cartagena. Aunque la revolución duró unos siete meses, fue un periodo muy intenso en Cartagena, que llegó a acuñar su propia moneda, bombardear Almería y Alicante e incluso pedir ayuda a los Estados Unidos. Al final el cantón acabó en desastre, con la ciudad siendo sitiada y bombardeada hasta los cimientos por la República.
Aun así podríamos decir que el cantón sigue vivo en el recuerdo de los cartageneros, teniendo aún representación en la política local mediante el Partido Cantonal.